martes, 19 de octubre de 2010

TRES CANTOS TRADICIONALES



Manifestación en Temuco, por los presos políticos.
Fotografía: Erwin Quintupill

Los tres cantos (vl) que a continuación doy a conocer los grabé en una noche de febrero de 1981, junto al fogón de la casa, estando allí mamá, papá y yo. Los demás habían salido a ver televisión y a hacer vida social. Nosotros conversábamos de asuntos antiguos y ella inventó hacer papas fritas. Papá tocaba con insistencia un xompe (trompe o birimbao) y me habló de un primo que conoció en su juventud. Dijo que fue hasta cerca de Labranza (en el camino de Nueva Imperial a Temuco) y que fueron a una fiesta. Se mareó, me dijo, y regresando a casa, en sus caballos, le cantó CELINDA. Así la aprendí, comentó. "Cantalafimi", le dijo mamá, y un rato más tarde, ella también me presentó dos canciones.

Esa noche registré en una vieja radiograbadora las tres que transcribo más abajo. La traducción al castellano fue realizada con la ayuda de mi hermana Miriam Raguileo Ñancupil.

FVXA KUYFI ÑI MVLEN
Fvxa kuyfi ñi mvlen (iñce)
Kuifi ñi mvlen, apuen.
Akuy ga wigka
iñce ga ñi mvlen

Nien ga ñi luma karote,
nien ga ñi temu karote.
Kewafiñ ga wigka

Kvla pataka xipantu
kewan ga iñce.
Kvla pataka xipantu
kewafiñ ga pu wigka

Waxoy ga ñi temu karote.
Waxoy ga ñi luma karote, apuen
kvla pataka xipantu

Pvnoenew ga wigka.
Pvnopaenew ga wigka

Coz kura mew
kafvl entuñmapaenew ga ñi coz kura
xayenko mew

Ilkagerkelu ga wigka.
Xewa xvzvzkelu ga
coz kura mew ga wigka
Kafvl entuñmapaenew ga ñi xayenko


FVXA KUYFI ÑI MVLEN

Hace mucho tiempo que existo (yo)
Hace mucho tiempo que existo, apuen.
Cuando llegaron los wigka
adonde yo vivía

Tenía mi garrote de luma.
Tenía mi garrote de temu.
Peleé a los wigka

Trescientos años
peleé yo.
Trescientos años
peleamos a los wigka

Se quebró mi garrote de temu.
Se quebró mi garrote de luma, apuen
a los trescientos años

Me pisoteó el wigka.
Nos pisotearon los wigka

Por la piedra amarilla
Vino a arrastrarme del agua
todo el oro

Golosos, como son, el wigka,
como perro,
frente al oro, el wigka
Arrastraron todo lo que hallaron de mi cascada

Informante: Carmela Ñancupil, Saltapura, 1981
Recolección: Erwin Quintupill
Traducido por Miriam Raguileo

Imagen: Marcha por los huelguistas
Fotografía: Erwin Quintupill. Temuco, 29.09.10

PEWMAN



Majin (laguna temporal) en Saltapura.
Fotografía: Erwin Quintupill.


PEWMAN

Pewman, pewman, pewman anay.
Ñaña, ñaña, ñaña, anay
xafia ci puh mew em ga.

Kanzu pewman, kanzu pewman.
Cem pewman ci kay iñce anay ?
Vnifmaenew kanzu kay ñi pewma, anay.

Pipiyewvrkey epu lamgen
kotuwe mew.
Espekotuyu
pirkeygu kay.

Eymi kay, eymi, ñaña anay,
ñaña kay, ñaña, ñaña anay
cem pewmaymi kay eymi anay.

Iñce kay, iñce, iñce anay
pafu pewman, pafu pewman.
Cem pewman ci kay iñce anay ?
pafu pewman, pafu pewman.

Tonto, tonto gerkeay ta mi kvme femgen.
Welu, welu, welu, welu
mvley, mvley “remedio” :

Tontogele, tontogele
kurituafiyu anay,
pankekuri, pankekuri.

Pipiyewvrkey kay ga
epu lamgenwen kay ga,
epu lamgenwen kay ga.

Versión interpretada por Carmela Ñancupil. Saltapura, febrero de 1981.

PEWMAN

Soñé, soñé, soñé anay.
Ñaña, ñaña, ñaña, anay
anoche “en la noche”.

Soñé con ganso, soñé con ganso.
¿Qué será lo que soñé ?
Me envolvió el ganso en mi sueño.

Se decían dos hermanas
en el pozo.
Mirémonos en el espejo
se dijeron.

Y tú, y tú, ñaña anay,
ñaña kay, ñaña, ñaña anay
¿Qué soñaste tú ?

Y yo, yo, yo anay
soñé con pavo, soñé con pavo.
¿Qué será, anay
de soñarme con pavo, de soñarme con pavo ?

Tonto. Será un tonto el que te guste.
Pero, pero, pero, pero
hay remedio.

Si es tonto, si es tonto
le echaremos ortiga,
un manojo de ortiga.

Se decían
las dos hermanas,
las dos hermanas.

Traducción : Miriam Raguileo (1998)
Recolección : Erwin Quintupill (1981)

Imagen: Lvgkawmajin
Fotografía: Erwin Quintupill. saltapura, junio 2010

CELINDA



Kozkvja rayeh (copiwe)
Fotografía: Erwin Quintupill

CELINDA

Celinda anay, Celinda.

Casaway kay ga
ta ñi kuñifal ñawe kay.
Pigerkey kay ga, Celinda.
Celinda anay, Celinda.

Ayiwvy Celinda.

Rvnkv rvnkvtuy,
lef lefturkey, Celinda.
Celinda anay, Celinda.

Kimpenufilu, kimpenufilu :
pu liwehtu kay wixan kay.
Celinda anay, Celinda.

Epewvh ragipuh
rif rif fvrkey ta ñi lepvn.

Ayiwvy Celinda.
Casaway kay pigelu.
Celinda anay, Celinda.

Pvlancayan ñi, pvlancayan ñi zeraliston
pvalncayan ñi “bulusa”,
pirkey kay ga Celinda.
Celinda anay, Celinda.

Kimpenufilu, kimpenufilu
pu liwehtu kay wixan kay.
Epewvh ragipuh
rif rif fvrkey ta ñi lepvn.


Canción entregada por papá (Juan Bautista Raguileo), 1981.


CELINDA

Celinda anay, Celinda.

Se casará
mi única hija
Le dijeron a Celinda.
Celinda anay, Celinda.

Se alegró Celinda.

Se puso a saltar,
se puso a correr, Celinda.
Celindda anay, Celinda.

Lo que nunca hacía :
Se levantó temprano.
Celinda anay, Celinda.

De la medianoche al amanecer
“rif rif” hacía su barrer.

Se alegró Celinda.
“Si le habían dicho que se iba a casar”.
Celinda anay, Celinda.

Voy a planchar mi pañoleta,
Voy a planchar mi blusa,
dijo Celinda.
Celinda anay, Celinda.

Lo que nunca hacía :
Se levantó temprano.
De la medianoche al amanecer
“rif rif” hacía su barrer.


Traducción: Miriam Raguileo (Saltapura)
Imagen: Kopiwe
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, abril 2010

CANTATA ARAUKANIA




Esta cantata hace un recorrido por la historia del pueblo mapuche y en ella se incluye un poema mío (con forma de cueca) musicalizado. El poema es la "cueca roja" de "las Distancias" (2010)

domingo, 26 de septiembre de 2010

LA GALLINA, SU FAMILIA Y EL ZORRO

Había una gallina vieja y medio lerda que tenía doce pollitos, porque ellas pueden empollar bien esa cantidad de huevos; si les ponen más puede que alguno se eche a perder. Ella solía salir pa todas partes con sus crías y sobre todo iba pa las orillas del monte, porque allí hay más comida: toda clase de bichitos y semillas que encuentra cuando se pone a escarbar. En eso se lo pasaba.

Pero, también había un zorro que la andaba mirando y que la quería cazar; pero no se atrevía, porque la casa estaba cerca y ya conocía al hombre y a los perros. Así que pensó en la forma de poder hacerlo sin correr peligro. Así estuvo varios días, cateándola, hasta que una mañana – cerca del mediodía – se le presentó de un repente.

- ¡Buenos días!, le dijo – claro que todo en mapuzugun, porque esto ocurre en el tiempo antiguo.

La pobre gallina quedó muda y pensando por donde podía arrancar; pero, se había alejado mucho de la casa y nadie la estaba viendo. Los pollitos se asustaron mucho y se escondieron por donde pudieron: entre medio del pasto, detrás de la mamá o donde fuera. Tampoco atinaba – la pobre – a otra cosa. También estaba confundida de que el zorro le hablara y no se le hubiera tirado encima.

- Güeno día, dijo con un poquito de voz que alcanzó a sacar.
- ¿Cómo está usté?, le preguntó el zorro.
- Yohhh… Toy bien, respondió muerta de miedo y más extrañada aún.
- Y sus chiquillos ¿cómo están?
- Ehh… Ellos… Ellos, tamién tan bien
- Mmmhh… y ¿cómo se llaman?
- ¿Llaman?... ¿Cómo ese?
- Le digo que cómo se llaman, que nombre tienen.
- Ehh... No, no tienen na…
- ¡Cómo! Pero, ¡cómo puede ser! ¡Si eso es un pecado muy grande!
- Pecao… Pero, si yo no sé… ¿qué e’ese pecao?
- ¡Buh! ¡Es una cosa muy mala!

Y de ahí, el zorro se puso a explicarle a la gallina acerca de cómo se le pone nombre a los niños. Le habló del bautizo, del cura, de los compadres, de Dios… de todo eso. La gallina estaba asombrada, hasta se le había quitado un poco el miedo.

- Pero, ¿cómo puede hacer ese yo? Tengo que hablar con mi marío, explicó.
- Mire, le dijo el zorro, yo que usted no esperaría nada más y lo hacía altiro. No ve que es una cuestión muy seria; si se trata de sus chiquillos.
- Pero, ¿cómo puede hacer ese yo? No ve que ¿de dónde sacó un cura?
- Yo sé hacerlo, dijo el zorro. Yo puedo ser el cura.
- ¡Ah…! Usté haría ese… Usté sabe.
- Claro, pues.
- Pero, y ¿el compadre?. ¿De dónde sacó un compadre?
- Yo también puedo ser su compadre, pues. Si, ¿para qué estamos?
- …
- Mire, le dijo el zorro. Cómo aquí mismo pasa un chorrillo, hasta tenemos el agua. Si le parece, podemos hacerlo ahora mismo.
- Pero, y ¿mi marío?
- No importa. Después le cuenta. Si total no es nada malo lo que va a hacer, ¿no? ¿O prefiere que sus chiquillos sigan en ese pecado tan grande?
- No… yo no quiero na ese.

Los pollitos se habían ido acercando. Entonces, el zorro se aproximó al chorrillo y le dijo a la gallina que fuera acercando a sus pollitos.

- Ya niñito, vengan, dijo la vieja.
- ¿Qué es este?, preguntó el zorro. ¿niñito o niñita?
- Niñito…
- Ya. ¿cómo se va a llamar?

La gallina dudaba. Total que el zorro hizo todo. Ella lo seguía. Estaba como atontada todavía. Siempre había sido medio lerda, también. ¡Vieja lesa!

- Ya. Este se va a llamar Juan, entonces. ¡Juanito: Yo te bautizo en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo…! Y le echó el agua por la cabecita al pollito. ¡Acvcvy!, dijo el chiquitito.
- Kuanito, dijo la vieja.
- Ya. Otro ahora… Y este ¿qué es?
- Niñíta, dijo la vieja.
- María se va a llamar, entonces. Yo te bautizo en el nombre…

A otro le puso Kosé. Otro se llamó Carmencita. Otro se llamó Pewro, y así… A todos los fue bautizando: echándoles agua por la cabeza y poniéndole nombre. Cuando estuvieron todos bautizados, el zorro felicitó a su comadre y le dijo que estaba muy contento por todo. Antes le había explicado el significado del ser compadres. Le había dicho que los padrinos son como el otro papá y que tienen que hacerse cargo de ayudar a criar a los ahijados, etc. La gallina estaba contenta, ya ni se acordaba de lo asustada que se sintió cuando apareció.

- Ahora que somos compadres, yo quiero cumplir con lo mío, comadre.
- ¿Cómo qué será?
- Quiero que le dé permiso a uno de mis ahijaditos para llevarlo a mi casa. Allá, yo tengo de todo. ¿Qué cosa le gusta comer a los niñitos?
- ¡Ah! Güeno, a ello le gusta la semillita, lo pastito… todo ese.
- ¡Ah! ¡Buh! Allá, yo tengo de todo eso y harto. Tengo huerta con harta verdura pa los amigos. ¿Les gustarán las lechugas, los repollos?
- Sí, pero no pueden…
- (Sin dejarla terminar) Ya pues comadre, no se hable más. Usted le da permiso a mis ahijaditos y se van a pasear para allá, y mañana se los traigo de vuelta.
- No compadre, tengo que avisarle a mi marío primero.
- Pero, comadre, si el compadre se lo pasa por otro lado, trabajando siempre. De ahí le cuenta. Si él no va a decir nada. Además, si le parece, mañana hablo con él. Dígale usted, para que hable conmigo.
- ¡Ay!

Se quejaba la vieja tonta, mientras el zorro insistía. ¡Qué pues! Si él la había palabreado de lo mejor y ya la estaba convenciendo. Y tanto insistió, de tantas formas que la vieja dijo que bueno. Ahí, el zorro se llevó a uno de los ahijados. Se despidieron. La gallina lagrimeaba.

- Cuídemelo, compadre. No ve que nunca han salido solo.
- No se haga problema, comadre: mañana como a esta hora estaremos de vuelta.

Se fue el chiquitito y no volvió más, porque apenas desapareció de la vista, detrás del monte, el zorro se desayunó al ahijado.

Al otro día, estuvo cateando a la comadre y cuando vio que no había problema, se le presentó.

- ¡Buenos días, comadre!
- ¡Ay! ¡Güeno día, compadre! Casi no he dormío pensando en mi chiquillo.
- ¡Pucha, comadre! ¡Sabe que no vino ese diablillo!
- Pero ¡cómo!
- ¡Es que le gustó tanto allá! ¡Se volvió loco con tanta cosa rica! ¡Qué venga uno de mis hermanitos, me dijo! Y, a eso vengo. ¡Que vengan todos y hasta mi mamá!, me encargó.
- ¡No compadre! ¡Cómo voy a ir yo pa allá! ¡No ve que tanto que hacer acá! Ma encima que mi marío me anduvo retando un poco.
- Pucha, comadre, lo siento; pero, Juanito me pidió que viniera a buscar uno de sus hermanitos - siquiera - para jugar. Mañana se los traigo a los dos ¿qué le parece?

De nuevo, la vieja se dejó convencer. Allá partió otro pollito, y de nuevo el zorro se desayunó un ahijado. Al día siguiente, volvió solo de nuevo. Cuando la vieja lo vio llegar altiro le reclamó:

- Pero, compadre. No me dijo que ahora me lo iba a traer a lo do. ¡Qué hago ahora yo! Si echo de meno a mi chiquillo…
- Mire, comadre. Comprenda usted a los ahijaditos. Con el hermanito allá, menos se quiso venir. ¡Si se lo pasan jugando! Tan contentos que están. ¡Qué vengan los demás, me pidieron.

Y de nuevo adornándole la situación. Y de nuevo a la vieja la engañaron… Hasta que se fue llevando de uno en uno a los ahijados. ¡A todos se los comió! Pero, el zorro quería más, así que cuando no quedaba ningún ahijado se le presentó de nuevo a su comadre. Ahí andaba la vieja, escarbando de pura costumbre. ¡Si no le quedaba ningún pollito! A todos se los había llevado el compadre, que allí venía de nuevo.

- ¡Toy ‘nojá, compadre! Ya se llevó a todo mi chiquillo. Y ahora no me trae ninguno, ¡cómo quiere que no enoje!
- Pero, comadre, si sus niñitos están bien; pero, son muchos; por eso la vengo a buscar para que entre los dos los traigamos sanitos y sin problemas.
- (Atontada). Ah… ¿sí? Pucha, tengo que avisarle a mi marío, puh.
- ¡Eh. Comadre! ¡Déjelo! Si no nos demoramos nada en ir y volver.

Urgida, como estaba la vieja, partió sin avisar. ¡Imagínense! Detrás del cerro, pa allá, el compadre se almorzó a la comadre. Se pegó una tremenda siesta y se puso a pensar en cómo lo haría pa conseguir al compadre.

Así anduvo, de a poco, esperando que el compadre gallo se descuidara; pero, el gallo andaba siempre atento. Hasta que un día ocurrió que se descuidó un poco y se alejó demasiado de la casa. Ahí fue que se le presentó el compadre zorro y lo arrinconó.

- ¡Cómo está, compadre!, le saludó.
- ¡Güeno día!, dijo el gallo, tratando de encontrar por donde arrancar.
- Oiga, compadre, la comadre me mandó a decirle que vaya a buscarla. No ve que ella y yo no podemos traer a todos los chiquillos.
- No, dijo el gallo. Yo tengo mucho trabajo que hacer. Además, ¿quién la mandó a ella a ir pa allá? ¡Yo no la mandé na! ¡Que se venga sola, no más!
- Pero, compadre no sea malo con la comadre. Si yo traté de convencerla; pero, los niñitos son chicos todavía…

Mientras el gallo buscaba la ocasión de escapar, el zorro se le iba acercando como tratando de convencerlo, hasta que de pronto – en un pequeño descuido – lo agarra con el hocico. El gallo sintió que hasta ahí llegaba. ¡Si andaba lejos de la casa!

Iba el zorro bien apurado con el compadre en el hocico, cuando desde una loma lo divisan unos hombres que estaban trabajando.

- ¡Miren, el zorro lleva un gallo!, dijo uno de ellos.

El zorro lo escuchó y se asustó mucho. El gallo que es gallo aprovechó pa decirle:

- Compadre, dígale: ¡qué te importa a vos!

El zorro con el apuro ni lo pensó.

- ¡Qué te importa a vos!, le gritó a los hombres.

Cuando vino a darse cuenta, el compadre gallo ya no estaba en su hocico y se puso a mirar pa todos lados, tratando de encontrarlo. Como iban junto a un mallín, de pronto se fijó que allí estaba su compadre y se lanzó de zambullida. Salió medio ahogándose con el agua que tomó y sin el compadre. Volvió a tirarse y nada.

- ¡Qué le dio por bañarse, compadre!, le gritó el gallo desde arriba.
- (El zorro mirando hacia arriba) ¡Ay, compadre! ¡Yo pensé que se estaba ahogando, por eso me tiré al agua pa salvarlo! Vamos, baje de ahí, pa que volvamos luego.

El gallo había volado hacia las ramas de un árbol, y lo que el zorro había visto era su reflejo en el agua.

- No, compadre. Mejor vaya solo. Yo me quedo aquí. Parece que usté no tiene na güena intención.
- ¡Pucha, compadre! No sea así, no ve que la comadre me mandó a buscarlo, y además que estamos demorando.
- ¡Sssht! (El gallo lo hacía callar, mientras miraba a la distancia).
- ¡Ah! ¿Qué pasa compadre?
- ¡Déje de hablar, oiga! Parece que veo algo…
- ¿Qué cosa, compadre?
- ¡Quédese callao! A ver… sí. Parece… Sí.
- ¿Qué cosa, compadre?
- Uno… dos… tres…
- ¡Qué está viendo, pues!
- Uno… dos… tres… Tres. Tres. Son tres.
- ¿Qué cosa, compadre?
- Es que… son tres perros y un hombre. Eso es lo que estoy viendo, allá a lo lejos.
- (Bajito) ¿Por dónde, compadre?
- Por allá, pues. Por el norte. ¡No ve que estoy mirando pa allá!
- (Bajito) Ah, ya. Oiga compadre, yo me voy por acá un ratito (indicando pal sur). Enseguida vuelvo.

Se fue el zorro por el sur. No había pasado más que un rato chico, cuando se escucha griterío de gente, de perros y disparos. Hasta ahí llegó el compadre zorro. Lo cazaron, y el gallo se salvó.

Epew aprendido de: Familia Raguileo Ñancupil
Saltapura Lof – IX Región – Chile
Narrador: Erwin Quintupill


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El cuento aquí expuesto lo escuché - en casa - muchas veces, en distintos momentos, a mis padres y a mis hermanos. Ahora, también voy narrándolo por los sitios en que camino. De todos los que escuché en mi infancia, en mi juventud y en mi adultez es uno de los que más quiero, porque en él están representados nuestro pueblo y el invasor.

Nosotros somos mostrados en dos expresiones: aquella – representada por la gallina – que cree en el discurso seductor y demagógico del invasor y con ello encuentra finalmente la muerte, y la otra – por el gallo – que desconfía siempre y se mantiene en una posición discordante. El invasor está representado por el zorro. El resto de la lectura y de la interpretación se la dejo a los lectores.

Por último, este es uno de los epew que espera ser presentado en el formato de libro para que las actuales y futuras generaciones de Saltapura dispongan de ellos, a falta de un fogón en torno al cual escucharlos, como sí me ocurrió a mí.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

PALIN EN SALTAPURA 05.09.10

Este encuentro fue organizado por Lino Raguileo, con la colaboración de su cuñado Mario Melipil y la de sus familiares y amigos/as. Especial colaboración observé de la mamá y tía de Emerson quienes colaboraron activamente en la cocina. Ellas jamás habían estado en una actividad de este tipo en nuestro lof. Se mostraban expectantes porque de palin nada sabían. Los demás, también estábamos entusiasmados, pues la práctica del palin en Saltapura dejó de realizarse en la década de 1970, después del Golpe de Estado.

Los invitados son del sector Estación Boroa, situado en el camino de Nueva Imperial y Temuco. Hizo de lider en esta ocasión el peñi Camilo.

Hubo algunas palabras para referirse a la práctica del palin y el encuentro entre hermanos de diferentes lugares. (La cocina funcionaba hace mucho rato y comenzaron a salir las sopaipillas, fritas en grasa de caballo (LAS MEJORES, DESDE SIEMPRE)).

Todo sucedió con normalidad. Muy entretenido. (Para los no mapuche: el palin no cuenta con arbitraje. Los problemas los resuelven quienes juegan, sin mucho trámite). No hubo accidentados de consideración. Todo finalizó con entusiasmo y a cuatro rayas, empatados. Antes de retirarse y al momento de cerrar, en el centro del paliwe, se recordó brevemente a los peñi en huelga de hambre y se dijeron los deseos de que todo nos vaya bien.

La revancha será en octubre.

lunes, 10 de mayo de 2010

En Youtube

Ya les conté; pero, mejor lo destaco.

El peñi Salvador Marimán estuvo registrando el 4º mingako y ha subido a youtube algunos fragmentos, que pueden ver en:

http://www.youtube.com/watch?v=VpDVjTt16rc
http://www.youtube.com/watch?v=f4-ZZEee20A
http://www.youtube.com/watch?v=GPd9UI10wBA
http://www.youtube.com/watch?v=TlJMZqQyqTA

miércoles, 5 de mayo de 2010

Salvador Mariman


Salvador Mariman es su nombre artístico. Hace casi un año publicó “Extiendo mis alas, a pesar del duro invierno” en el que podemos leer una poesía en parte autobiográfica, teniendo como escenario su lof de origen y la ciudad de Temuco, en donde ha vivido parte de su existencia… Regresó hace no mucho, después de haber andado por el norte, especializándose en no sé qué – no lo hemos conversado –. Danko es antropólogo de profesión y ha incursionado en el video.

Me hizo llegar la siguiente nota biográfica: Soy miembro fundador del Kolectivo We Newen. He publicado 4 discos de hiphop y poesía recitada entre el 2005 y 2007. Luego publiqué 3 libros de poesía: “Sembrando vida”, Wallmapu entre imágenes y poesía (2007); “Voz de mujer” (2007) (fui compilador) y “Extiendo mis alas a pesar del largo invierno” (2008). Y hoy, luego de 2 años de investigación y trabajo por fin he culminado mi primer documental: En el Nombre del Progreso, estrenado el 8 de abril en la UFRO.

La tierra llora por los hijos que no volverán

Hijo de la miseria porque así te han hecho,
vives en la extrema pobreza,
comes migajas y dolor.

Cada noche despiertas con disparos, goteras y frío
¿Vale la pena el esfuerzo?

Se que extrañas el ruido del viento amigo,
de los patos, los treiles, las gallinas
y comer del cariño de los tuyos sin temor al mañana.

El empobrecimiento te obliga una vez más a migrar
a la casa de tus parientes en la capital,
en la población, en la vega, en la cárcel.

Vas lleno de ilusión y con los zapatos sucios,
si te dan trabajo será en la construcción, en una panadería,
pero jamás permitirán que vueles
pues los ángeles tienen otro color.

En los bloques solo se aspira pobreza y de la peor
¿Qué haces lejos de tu tierra?

El cemento inundado de los pasajes
no tiene el mismo olor amado de la madre que espera,
la gente no te entiende
y debes ocultar lo más profundo que hay en ti.
¿Qué te han hecho peñi?

Sumiso y humillado, dime si eso es mejor
¿Dónde esta tu orgullo?

En la comunidad dicen que te has ido a Santiago a estudiar,
pero que lo más probable es que no vuelvas

No es la riqueza material la que te ha doblado,
no es tu fuerza la que ha fallado,
sino tu dependencia a comer su pan.

Despojado del mapuche rakizuam y sin tierras
hoy no te puedes desarrollar,
así esta forma de empobrecimiento hoy te obliga a migrar
y la tierra llora por los hijos que no volverán.

Danko estuvo registrando en video la actividad: puede ver parte del registro en:
http://www.youtube.com/watch?v=VpDVjTt16rc
http://www.youtube.com/watch?v=f4-ZZEee20A
http://www.youtube.com/watch?v=GPd9UI10wBA
http://www.youtube.com/watch?v=TlJMZqQyqTA

NO SE LOS PIERDAN

Fernando Raguileo


Ha caminado poco más de un cuarto de siglo y viene escribiendo de tiempos que no recuerda. Gran parte de su producción nos habla de Saltapura; sus paisajes, su gente y él mismo. Ha vivido – hasta ahora – conectado a su lof, particularmente a su familia. Recién en este 2010 occidental, ha emigrado parcialmente para iniciar estudios de Diseño Gráfico en la ciudad de Temuco. Digo parcialmente porque ineludiblemente está volviendo los fines de semana hasta su hogar, residiendo temporalmente en Nueva Imperial.

Además tiene una interesante y pequeña colección de dibujos, que realizara para ilustrar mi libro - aún inédito - “A un costado del mar”, Fernando, también trabaja la madera.

En el 4º mingako inició su presentación dando lectura a un poema breve:

“Tengo raíces
Puedo ser un árbol”

Parte de su producción se expone en http://poesiamapuche.blogspot.com.

Karla Guaquin


La bella sorpresa de Karla fue que salió de su Chiloé el día anterior al inicio del Mingako, para poder acompañarnos. Inmenso viaje el de esta lamgen, que nos habló de su poesía, de su familia y de la gente de la isla, de cómo ve ella la situación actual de la cultura mapuche por esos lados.

Su joven y fuerte voz pronunciando sus versos

“Con el abrir de los ojos/ de la mañana/ viajaron las noticias,/ el tiempo ensangrentado/ deja caer sus manos/ sobre/ el mar de lágrimas reunidas en el espacio./ Del Ngülumapu al Püelmapu/ danzan las golondrinas/ y alumbran con sus antorchas/ la llegada/ de un nuevo weichafe./ Alex Lemun… ¡Presente!/ Matías Catrileo… ¡Presente!/ Y el wingka/ se esconde bajo las normas del poder/ mil veces vendido/ y mil veces comprado./ En el ciclo/ que se repite/ en el mismo año,/ en el mismo mes,/ en el mismo día/ que sus pasos exudan traición.”

Algunos otros poemas pueden ser leídos en el blog que ella misma administra
http://unocaediezselevantaran.blogspot.com

Emerson Marin


Descendiente de una familia de Saltapura, Emerson reside en Nueva Imperial y ha iniciado un recorrido por la poesía que promete más de una novedad.

Ver poemas en http://poesiamapuche.blogspot.com

Mauro Rojas y Cristian Macías


Desde Santiago viajaron juntos y fueron los primeros en llegar. Fue la muestra de poesía no mapuche, urbana y joven. Se mostraron permanentemente entusiasmados con el paisaje y los detalles. Por momentos, se perdieron en la inmensidad remota de Saltapura. Les va ahora, una breve muestra de su poesía:

Tejer
(Mauro Rojas)

Es fácil hablar con la amiga, cerca del hospital
tejer en silencio la mano que arranca tus virus

Es cotidiano tejer los accidentes de las seis de la tarde

tejer un gorro –dice mi madre-
y salir a venderlos entre los postes

Algo hace más bella tu cara
en todos los días en que vuelvo a ser hijo.
Los perros aúllan por el incendio y sale humo de mis manos
y se contamina mi voz pero aún así son ciertas todas las cosas
que respiramos y gritamos al momento de partir
Nada importará tanto. Corre tan libre el transeúnte
y los perros mucho después de su partida
palomas y hojas de árboles, y autos viejos que ahora manejan niños
rincones donde se meaba y dulces botados, papeles
y pruebas de colegio, anillos para mi alma, todo me llega para adornarla

Y todo corre en este lugar
y pensar que es tan fácil marcharse
y seguir hablando en tu oído.

Cristian Macías


El humilde y la nada

Humilde-mente nos creaste,
todo lo creaste
al principio alfa
forma femenina
principio vital.
Humilde como tú no habrá jamás.
La muerte de un hermano,
esa muerte me libró del yugo
ambición de sacerdotes y pastores de mercados

Jesús hermano tu muerte no será en vano
negándote a ti mismo no respondes por el ser creado,
humanamente la inconciencia de este mundo.

Oh eterna contradicción de devenir
te compadezco.
porque esperas que de los pájaros,
de los lirios, los cambios.
Salga algo bueno.

Una voz antañosa, susurrante mi dice:
"solo"
Nada, nada te celebro en lo absurdo, omega y final
La muerte que entró por un hombre
por un habría de salir.

Dios te salve Marx

Porque tu apología fue por los trabajadores
de allí pesadilla
tu sueño se convirtió para los señores
del bastión y de la corona
Dios te salve.

Porque santa cena es com-unión
a la mesa de los apóstoles te sumaste
Dijiste que "religión"
no le declaraste la guerra a dios
solo desenmascaraste el infierno del santo oficio
la santa trinidad que oprime al pueblo
chupasangre y parásitos,
iluminados para perjudicar
Dios te salve.
Porque el primer comunista dijo:
"vende tus bienes y da a los pobres"
solo quiso decir "para el pueblo lo que es del pueblo"
Dios te salve.

Fogón

El fogón que construimos para acompañarnos durante la noche. En torno suyo cantamos y danzamos, algunos se cansaron y unos pocos le acompañaron hasta el amanecer, cansados y sin ganas de finalizar la conversación... Hablamos de todo, de lo que hacemos, de nuestras familias, de nuestra infancia, de lo hermoso y lo triste que hemos vivido en la lejanía.

Mi hermana Miriam



Remojo...

Remojo de garganta, por la noche. En esta ocasión también nos reunimos en torno al fuego... y como éramos muchos, con una botella no bastaba... Al final, amanecimos cuatro junto a los restos del fuego y una conversación que no terminaba nunca

Karla

La despedida de karla en la mañana del domingo... para llegar a tiempo a la pega, en Chiloé... Pucha, el tremendo viaje el suyo lamgen... Ojalá tengamos la oportunidad de volver a compartir la poesía, la conversación, la historia y la familia

Cristian Antillanca

Nuestro esforzado y simpático peñi, tomando algunas notas de no sé qué... en el patio de la casa y esperando que llamen a la once
Otra del público. En primer plano Pablo (de Weycafe) y detrás Karla que reciuerdos buenos nos dejó.
Otra imagen del regreso a casa, bajo el infinito azul y el suave calor de la tarde

Paisaje

Es la pequeña colina (como todas las demás) en que jugué tantas veces en mi infancia y en que camino siempre en mi "tercera juventud". Allí... el añoso koyam o waje (hualle) que acoge en abundancia los ziweñes de agosto o septiembre. La foto es de Jacob

Público

Allí se ven: Nicolás, bartolo, Mónica, Fernando, Dayana (de periodista), Ita (en lo mismo), Emerson. Adelante: Nora y unas parientes de la señora Erika. Al medio: José, Oscar e Isabel. A la derecha: Mauro, y más atrás, Ariel

De vuelta a casa

Desde la sede en que se realiza el Mingako, cruzando colinas

El regreso

Lunes por la tarde, esperando el bus. Los últimos en irse: Eduardo, Mauro, Cristian, Verónica, Miriam y Dayana, Lino y su Vivi y su Ligkoyam... y quienes nos fueron a despedir

Los sin casa

El campamento que se levanta en la quinta, porque la casa es chica (pero, el cariño es grande)

Animales en el camino

Fue al regreso de Jacob, una amistad "gringa" que nos visitó en esos días. la foto le pertenece

Del público

Suele ocurrir que el entusiasmo haga que del público se integren a la participación de algún invitado. En la imagen: Bartolo; Mónica, su pareja, supongo que algo sorprendida; y Fernando.

Del público

Allí están: Dayana, de Nva. Imperial; Bartolo (siempre tan querido por nosotros) que llevó a toda su familia desde Temuco; mi prima y hermana Nora y su nieto (desde la capital del Reyno); al fondo, Oscar otro sobrino postizo (encontró la panna de la luz); Fernando, el de los poemas, los dibujos y otras cosas; Eduardo, que colaborara en el 2º Mingako y que ahora llegó sólo por ganas de compartir con nosotros

Almuerzo comunitario

Dirigentes y cocineras, todo al mismo tiempo. Recuerdo a la señora Erika, yendo a su casa para acarrear agua, pues la bomba para extraerla estaba descompuesta... y partió con otros integrantes de la comunidad, llevadas por el profesor en su camioneta... Así todo fue posible, aunque partimos con retraso (por lo mismo)

Almuerzo comunitario


sábado, 6 de febrero de 2010

4º Mingako Kultural en Saltapura


Ajetreado el preparativo, el comienzo, el desarrollo y la despedida. Al final, la satisfacción de cumplir una parte importante de las metas, la alegría de compartir lo que se tiene y que los actos de reciprocidad son posibles, aunque no sin problemas. Satisfacción de que los asistentes y participantes aporten al mejoramiento de un hecho que comienza a ser parte de nuestra realidad; alegría de que los problemas encuentren solución del modo menos esperado.

Es sabido que el Mingako en Saltapura no ha buscado ni ha tenido ofrecimiento de financiamiento externo a sus participantes. Es mejor que siga siendo así. De lo contrario perdería su carácter de tal, pues se transformaría en un espectáculo en el que sólo unos pocos aportarían a su logro y la mayoría acudiría sólo a disfrutar lo que se mostrara. ¿Qué tomará esta iniciativa? Es impredecible. Sus dos últimas versiones, llegué a creer que no se realizarían; sin embargo, hubo gente – en la misma Saltapura – que recordaron que la fecha se aproximaba y a preguntar qué haríamos en esta ocasión.

El primero se centró en el tema de la identidad; el segundo, en la historia local; el tercero, en la palabra cantada; y el último en los estudiantes mapuche y su organización. ¿Qué habrá de ocurrir ahora en mi Saltapura? De momento, hay conversaciones para mostrar un video de Danko Mariman y también el lanzamiento de “A un costado del mar”, un libro casual que ha ido naciendo a lo largo de muchos años y que cuenta mi experiencia y la de otros sobre el fenómeno de la muerte. Espero que ambos desafíos se hagan realidad, en el transcurso de unas pocas lunas más, tal vez – ojalá – durante el tiempo de las lluvias intensas.

De momento les dejo parte del registro gráfico de nuestro último Mingako cultural.

Imagen: Almuerzo 4' Mingako Kultural
Fotografïa: Erwin Quintupill

Santiaguinos


Los primeros en llegar a Saltapura fueron Mauro Rojas, Cristian y Verónica. Nos encontramos en Nueva Imperial y me acompañaron en realizar las últimas compras para atender a los que se quedarían en nuestra casa. La situación al momento de bajar del micro me recordó al tío-abuelo Juan Quintupil, que era llevado dentro de una carretilla de vuelta a casa, cuando le entraban copas de más en el cuerpo. Por la tarde, llegarían Carla Guaquin y su compañero Sebastián y un gringo simpático, conectado por Fabián. También venían mi hermana Miriam y mi sobrina Dayan.
Imagen: Llegada 4o Mingako Kultural
Fotofrafïa: Erwin Quintupill

Carla Guaquin


“Para verme con mi wenxu, debemos pasar de una isla a otra, en barcaza; y como el conoce algo por estos lados, en mi familia me dijeron que viajara con él”. Así llegaron esa tarde, este par de enamorados que salieron el jueves 21 desde Cilwe (Chiloé). Hablamos de su tierra, de Castro, y me contó que en general, los mapuche de esa zona no muestran una firme identidad, que ella misma tuvo problemas alguna vez con el asunto. Nos habló de sus padres y hermanos, del paisaje… En fin, faltó tiempo para tanto; pero, el ritual de la conversación prolongada lo iniciamos en torno al calor de las comidas que generosamente mi hermana Flor fue preparando, asistida en todo por mi “ñiña” Loreto. Espero que no nos falte oportunidad para continuarla.

Imagen: Karla Guaquin
Fotografïa: Erwin Quintupill